Con el ácido hialurónico se pueden remodelar y dar volumen a distintas zonas del rostro, como el mentón, los pómulos, la nariz (rinomodelación) o el arco mandibular con resultados satisfactorios. A continuación encontrarás algunas de las zonas que puedes mejorar con ácido hialurónico:
Labios
Los labios son una de las zonas donde más notamos el paso del tiempo. Con los años se vuelven más finos y pierden su aspecto jugoso tan característico de la juventud.
Con el ácido hialurónico conseguiremos rehidratar, perfilar y dar volumen a tus labios, buscando un resultado natural y acorde a tu expresión facial.
Ojeras
La genética, el estrés y la vida cotidiana son algunos de los factores que afectan a las ojeras. Con la edad parece que siempre estamos cansados a pesar de haber dormido correctamente, y nuestras expresiones faciales hacen que se formen arrugas en el contorno de ojos.
El tratamiento de ácido hialurónico es muy agradecido en la zona de las ojeras, con él conseguimos una mirada con más luz y nos permite volver a lucir una expresión más descansada y vital.
Surcos nasogenianos y líneas de marioneta
Reír y hablar, junto con otros procesos de envejecimiento, como la pérdida de colágeno y elastina, la fuerza de la gravedad y la reabsorción ósea facial (pómulos) hacen que aparezcan en los laterales de la nariz unas arrugas que se extienden hasta los laterales de la boca (surcos nasogenianos).
Esto unido a la pérdida de volumen que se produce en el tercio inferior de la cara son los causantes de unas arrugas que pueden llegar a ser muy profundas y que se extienden hasta el mentón (llamadas líneas de marioneta).
Con los rellenos de ácido hialurónico en los surcos nasogenianos y los pómulos conseguimos dar volumen a las zonas deprimidas devolviendo al rostro una expresión más uniforme.
Arrugas faciales
Podemos rellenar cualquier tipo de arruga facial, línea de expresión o depresión con ácido hialurónico; como las arrugas de la frente, el conocido “código de barras” o las “patas de gallo”. El objetivo es seleccionar y tratar aquellas arrugas que de verdad envejecen nuestra expresión para conseguir un efecto natural y armónico.
